A la conquista de Madrid

Hola raptoamigos:
Aprovechando las temperaturas veraniegas y el  parón colegial la colonia Mataró Sur decidió dar unos días de diversión a los más pequeños y de paso visitar otros teritorios para dejar su huellas. De esta manera , y una vez haber pasado unos estupendos días en tierras Salmantinas en compañía de los raptors capgrossos y de los raptors mayores, nos fuimos a la conquista del centro del país. Establecimos el campamento base en Aranjuez. Bonito paisaje lleno de historias.
El primer día nos fuimos a los madriles. En primer lugar visitamos el estadio Santiago Bernabeu. No por ser una colonia mayoriatariamente culé no debemos conocer al rival en su terreno. El más pequeño (Pequesaurio) ya apunta maneras. No quiso dejar constancia gráfica en ese escenario. A Montsesauria se le despertó el duende culé que lleva dentro y no sabía. Pero el no tan pequeño (Correcaminosaurio) disfrutó como un cerdito en una charca.  El jefe de la manada (Giganto) todavía se pregunta qué ha hecho mal.

Ya por la tarde nos esperaba la Casa del Ratón Pérez. Sí, un ratón que solo aparece cuando se te cae un diente. Estuvimos en su almacén central y nos contaron su historia.

Después visitamos puntos emblemáticos como el reloj de las uvas, el origen kilométrico de todas las carreteras, el edificio donde se debaten las leyes, la plaza mayor, el Palacio Real, la fuente de las celebraciones del Madrid, la del Atleti, la Puerta de Alcalá (mírala, mírala) y acabamos remando en el Parque de El Retiro.
El segundo y tercer día fue plenamente dedicado al disfrute de los más pequeños en el Parque Warner. Una feria gigante llena de cachibaches en los que los humanos disfrutan subiéndose y que dan vueltas, corren, saltan,... allí además había unos seres gigantes de peluche la mar de encantadores que eran el reclamo de los más pequeños del lugar.

Allí tuvimos una sorpresa!!! Un colega nuestro quiso retratarse con nosotros y claro está, trantándose de Dino no podíamos más que hacernos la foto y ponerla en nuestro blog.

Ya el cuarto día dedicamos la mañana a visitar la villa de Aranjuez y vimos la antigua residencia veraniega de los Reyes. Por la tarde, volvimos a Madrid a visitar el estadio Vicente Calderón. Allí el pequeño ya no tuvo tantos reparos en dejar constancia gráfica de su paso por allí.

Pues esto fue todo, que no es poco. Esperamos que os haya gustado lo mismo que nosotros hemos disfrutado.