Asistimos al evento Kittysauria, Correcaminosaurio, Barçasaurio, Natasauria, Rapator y Gigantosaurio.
Lo primero que nos encontramos fue más humanos organizando que participantes (se desconoce si es por hacer honor a los decathletas organizantes: diez organizadores por cada participante, ejem, un poco malo ¿no? me estoy contagiando). Además vinieron unos humanos en unos vehículos dotados de luces azules y con aparatos que hablaban solos. ¿serían extraterrestres con sus naves?.
Comenzó la prueba a la hora prevista y los biciraptors enseguida nos camuflamos entre la multitud.
Como al principio el recorrido era todo bajada se hacía sin problemas pero en cuanto comenzaron las subidas algunos raptors empezaron a tener problemillas por falta de fuerza en sus patas.
Llegados a la primera llanura hubo reagrupamiento general que duró mientras no llegamos a la riera la cual estaba seca pues no es época de glaciaciones ni lluvias. En este tramo los raptors nos separamos en dos grupos haciendo creer a los humanos que era porque Kittysauria no podía seguir el ritmo pero en realidad era que lo hacíamos para controlar a los humanos que se habían dispersado mucho.
El resto demostramos que los biciraptors somos una especie fuerte y que somos capaces de resistir cualquier adversidad, así que culminamos la ascensión con éxito y mejor que algunos humanos más grandes, experimentados y fuertes.
Una vez llegados a la meta nos obsequiaron con una bebida de color naranja y unos manjares a base de cereales apretujados en forma de lingotes que por lo visto los humanos se toman tras un esfuerzo físico aunque a nosotros no nos hacía falta.
Para acabar se realizó un sorteo en el que Natasauria fue agraciada con el tercer premio (un kit de reparación de troncocletas) y eso que las papeletas del primer y segundo premio fueron extraídas por las pezuñas inocentes de nuestros cachorros de raptors. (Es un tema que tendremos que trabajar para sucesivas ocasiones para estar más hábiles en el juego de manos).
En la recogida del premio fue el momento de, al más puro estilo Lorenzo, plantar nuestra bandera.
Y así acabó un éxito más de industrias Biciraptors. Grrr.